INNOVACIÓN

La Fundación Rafael del Pino (Madrid) acogió ayer la fase final de Falling Walls Lab Spain, donde los ocho elegidos expusieron sus proyectos ante un jurado de expertos en emprendimiento. Los finalistas explicaron en un máximo de 3 minutos cada una sus iniciativas para finalmente exponerse delante del público a las preguntas del jurado. Cristina Tobías, una joven de 17 años, fue elegida por unanimidad como la ganadora de la edición y representará a España el 8 de noviembre en la final de Berlín.


Con una propuesta “emotiva e innovadora”, Cristina Tobías convenció a los miembros del jurado con su proyecto Drug Addiction, una iniciativa que ofrece un enfoque distinto al tratamiento de las personas con adicción a las drogas. Basado en el uso de la nanotecnología, el calado social y su exposición ante el público fueron claves a la hora de hacerse con la victoria de una convocatoria que ha recibido un total de 100 ideas con el reto de promover la innovación entre los jóvenes.

“La innovación debe ser la seña de identidad de toda sociedad con talento”, ha destacado al inicio del certamen Amadeo Petitbó, patrono de la Fundación Rafael del Pino. Ha señalado que “lo positivo de la crisis es que ha provocado un colectivo de ciudadanos que innova y, por tanto, una nueva generación de líderes”. En esta misma línea, Eugenio Prieto, presidente de A.T. Kearney -empresa organizadora de Falling Walls- ha hablado de la importancia de “fomentar las ideas que rompan muros” y que éstas sean “duraderas”.
Mientras el jurado decidía, Pedro Luis Uriarte, presidente de Economía, Empresa, Estrategia y fundador de Innobasque, ha ofrecido una conferencia acerca de los retos a los que se enfrenta España en los próximos años. Bajo el título de España ante su desafío, Uriarte ha hecho un recorrido de los últimos 35 años del país a nivel económico, político y social. “Se han cometido errores gravísimos de gestión”, ha criticado respecto a la crisis económica actual. Ha indicado que en 1980 España tenía una renta per cápita como la que actualmente tiene Senegal y que en 2007 “ya éramos la octava potencia económica mundial”, seña de que “podemos salir sin ninguna duda, pero con trabajo, de la situación actual”.

No obstante, ha reflejado que “el fracaso escolar, el modelo de crecimiento pobre y la economía sumergida son tres graves problemas que tenemos que afrontar”. Ha apostado por “una innovación global” en la que se incluye la sociedad, la universidad y la administración pública, entre otras. “Estamos ante un reto diferente y tenemos tres opciones: el derrotismo, el conformismo o la innovación”.

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