LAS PRISAS NUNCA SON BUENAS....


Cuando sientes que el día no te da abasto para todo lo que quieres hacer, una reacción frecuente es acelerar: pensar más rápido, moverte más rápido, terminar las tareas más rápido.
Al revés también suele cumplirse: Cuando vas muy rápido, mayor es la sensación de que estás presionado y más estresado te sientes.


Esto pasa porque el agobio y las prisas son reacciones al estrés, pero también causas del mismo.
En nuestra sociedad, estar ocupado y con prisas es prácticamente una virtud.
Nos hemos acostumbrado a hacer las cosas rápidamente y, muchas veces, nos apremiamos sin necesidad, lo que desencadena el estrés y la sensación de que tenemos muchísimo trabajo.
Y, al sentir que tenemos tanto trabajo, más corremos y más nos estresamos. Es un círculo vicioso, ¿ves?
El ritmo al que hacemos las cosas afecta a cómo nos sentimos. ¿Qué tal si somos más conscientes de esto y lo usamos a nuestro favor?
¿Qué tal si probamos a ir con más calma cuando no hay necesidad de correr tanto?
Es cuestión  de  controlar  tu  inteligencia,  de  ser  capaz  de  llevar  tu  las  riendas de lo que realmente  debes  hacer   y  en  qué  tiempo......libérate  de  los  demás  y  verás  que  el  ritmo  lo  marcas  tu,  no  eches  la  culpa  al  resto.

Comentarios

Entradas populares de este blog

UNA ROSA EN EL LODO

DEJAR HUELLA